Como ávido viajero y entusiasta de la comida, he tenido una buena cantidad de experiencias culinarias en todo el mundo. Pero nada me preparó del todo para el viaje gastronómico que emprendí durante mi reciente viaje a Ubud, Bali. Ubicado en el corazón de este paraíso cultural, descubrí una joya escondida que cambiaría para siempre mi percepción de la cocina balinesa. Únase a mí mientras cuento mi inolvidable experiencia en Copper, un restaurante en la azotea que no solo deleita las papilas gustativas sino que también nutre el alma con sus impresionantes vistas y su filosofía de la granja a la mesa. Esta es una historia de cómo un solo lugar para cenar puede mejorar toda su experiencia de viaje y dejarle recuerdos para atesorar toda la vida.
Un desayuno para recordar
Hay algo mágico en comenzar el día con un suntuoso desayuno, especialmente cuando estás de vacaciones. En Copper, ubicado en lo alto del lujoso hotel Bisma Eight, este ritual matutino se transforma en una experiencia extraordinaria. Cuando subí a la azotea, inmediatamente me llamaron la atención las vistas panorámicas de la exuberante jungla balinesa que se extendía ante mí. La suave brisa de la mañana llevaba el aroma de flores tropicales, preparando el escenario perfecto para lo que estaba por venir.
El desayuno en Copper es un testimonio del compromiso del restaurante con la calidad y la frescura. Comencé mi viaje culinario con un vaso de jugo tropical recién exprimido, cuyos colores vibrantes combinan con los tonos del amanecer. El plato de frutas que siguió fue una obra de arte, con una variedad de frutas locales llenas de sabor.
Lo que realmente distingue a Copper es su enfoque "de la granja a la mesa". El hotel posee una granja orgánica en Tegallalang, famosa por sus pintorescas terrazas de arroz, donde se cultiva una variedad de verduras y hierbas. Esta dedicación a la obtención de productos orgánicos locales es evidente en cada plato. Los huevos Benedict que pedí eran nada menos que perfectos, con la salsa holandesa complementada con las hierbas más frescas que he probado en mi vida.
Mientras tomaba un sorbo de mi aromático café balinés, no pude evitar sentir una sensación de gratitud por este momento de tranquilidad. El personal, con sus cálidas sonrisas y su atento servicio, contribuyó a la sensación general de bienestar que me envolvió.
Una velada de delicias culinarias
Si el desayuno en Copper fue un delicioso preludio, la cena fue el evento principal que se robó el espectáculo. Cuando el sol se hundió en el horizonte, la azotea se transformó en un paraíso romántico. Las luces parpadeantes y las velas crearon una atmósfera íntima, con el cielo repleto de estrellas sirviendo como un dosel natural.
El menú de la cena en Copper es una selección cuidadosamente seleccionada de platos que muestran lo mejor de la cocina balinesa e internacional. Comencé con el atún aleta amarilla curado en casa, un plato que se había perfeccionado a lo largo de 15 días. El atún se derritió en mi boca y su delicado sabor se realzó con las alcaparras y las chalotas encurtidas que lo acompañaban.
Como plato principal opté por el rabo de toro estofado al vino tinto. La carne estaba tan tierna que se desprendía del hueso y la rica salsa era un complemento perfecto para el cremoso puré de patatas. Cada bocado fue una revelación, un testimonio de la habilidad del chef y la calidad de los ingredientes.
La pieza de resistencia, sin embargo, fue el postre. Después de mucho pensarlo, elegí el pastel de lava, ¡y qué espectáculo resultó ser! El camarero llegó con el pastel y, para mi deleite, le echó un chorrito de ron antes de prenderle fuego. La presentación teatral fue igualada únicamente por el exquisito sabor: el cálido y pegajoso centro de chocolate perfectamente equilibrado con el frío helado de vainilla.
Un brindis por la excelencia
Ninguna comida está completa sin la bebida perfecta que la acompañe. El bar del Copper está bien abastecido con una impresionante selección de vinos, licores y cócteles. Terminé la velada con un cóctel bellamente elaborado y lo bebí lentamente mientras contemplaba la vista nocturna de Ubud.
Más que solo una comida
Mi experiencia en Copper fue más que solo la comida: fue un viaje para todos los sentidos. La combinación de vistas impresionantes, servicio impecable y cocina excepcional creó recuerdos que durarán toda la vida. Lo que hace que Copper sea realmente especial es su compromiso con la sostenibilidad y el apoyo a los agricultores locales. Al cultivar sus propios productos, no sólo garantizan ingredientes de la más alta calidad, sino que también contribuyen a la economía local.
Por qué no deberías perderte el cobre
Si está planeando un viaje a Ubud, no puedo recomendar Copper lo suficiente. He aquí por qué debería estar en la parte superior de su lista:
- Impresionantes vistas de la jungla balinesa.
- Filosofía de la granja a la mesa que garantiza los ingredientes más frescos
- Servicio excepcional que te hace sentir como la realeza.
- Una mezcla perfecta de cocina local e internacional.
- Ambiente romántico ideal para parejas u ocasiones especiales.
Ya sea que se aloje en Bisma Eight o no, asegúrese de visitar Copper. No es sólo una comida; es una experiencia que resume la belleza, los sabores y la hospitalidad de Bali. Créame, sus papilas gustativas (y su alma) se lo agradecerán.
Cuando dejé Copper en mi última noche en Ubud, me di cuenta de que, a veces, las experiencias de viaje más memorables no provienen de las vistas que vemos, sino de los sabores que probamos y los momentos que saboreamos. Copper me había dado ambos en abundancia y por eso siempre estaré agradecido.
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