Fez, la joya cultural de Marruecos, es una ciudad que cautiva los sentidos y te transporta al pasado. Como viajero experimentado que ha recorrido su laberíntica medina y se ha empapado de su rica historia, puedo dar fe de que un día en Fez apenas es suficiente para arañar la superficie. Sin embargo, con una planificación cuidadosa, podrás experimentar la esencia de esta encantadora ciudad. Desde el momento en que entras en sus calles antiguas hasta el momento en que ves la puesta de sol sobre su icónico horizonte, Fez dejará una marca imborrable en tu alma. Únase a mí mientras lo guío a través de un torbellino las 24 horas en este mágico destino marroquí.
Cuándo visitar Fez: programe bien su viaje
Como viajero experimentado, he aprendido que el tiempo puede hacer o deshacer un viaje. Fez es un destino para todo el año, pero ciertos meses ofrecen una experiencia más placentera. De mis visitas, descubrí que el punto óptimo se encuentra entre abril y junio y entre septiembre y octubre. Durante estos meses, el clima es templado, perfecto para explorar las sinuosas callejuelas de la medina sin sudar.
Si busca escapar del frío invernal europeo, de noviembre a marzo puede ser una buena opción. Simplemente lleve una chaqueta abrigada para las noches frías. Una vez lo visité en febrero y encontré el aire fresco estimulante para hacer turismo.
El verano, especialmente julio y agosto, puede ser abrasador. Una vez cometí el error de visitarlo en agosto y el calor era agobiante. A menos que sea fanático de las condiciones similares a las de la sauna, le desaconsejaría viajar en verano.
Una advertencia: si tu viaje coincide con el Ramadán, prepárate para un ritmo diferente al de la ciudad. Muchos restaurantes operan con horarios alterados y el ambiente puede ser más tranquilo durante el día. Sin embargo, las noches cobran vida con un espíritu festivo que es verdaderamente mágico de experimentar.